Mecanismo de un olvido

Hoy, me he puesto a recordar cosas que sucedieron no hace mucho: he recordado a la chica que fue mi primer amor, una persona con la que nunca llegué a intercambiar una palabra, pero que me hizo sentir que algo cambiabadentro de mí; a la segunda chica a la que amé, por quien pasé varios meses suspirando por volver a verla aunque solo fuese un segundo; y a la chica que me dejó a principios de año por otra persona. Solo hay dos cosas que las unan a las tres: a todas las he amado, y a todas las he olvidado.

Es extraño el día en el que te acuestas añorando a alguien pero te levantas sin recordarla; te acostumbras a tener su recuerdo grabado en el corazón día y noche, ese pinchazo que te

recuerda lo dolorosamente lejos que estás de ella, hasta que llega el día en que dejas de sentirlo y te das cuenta de que, verdaderamente, ya no te importa.

Todos hemos sentido alguna vez ese dolor indescriptible cuando la persona a la que amas no te corresponde, y sin embargo, todos hemos logrado salir del agujero, antes o después, pero lo hemos hecho, y yo me pregunto:

¿Acaso lo que yo sentía no era lo suficientemente fuerte?

¿De veras la amaba, o solo me engañaba a mí misma y por eso he podido olvidarla?

¿Cuándo se pasa la línea de "merece la pena intentarlo" a "es una pérdida de tiempo"?

Digo que he sufrido por amor, pero, ¿sé acaso lo que es amar de verdad?

Éstas son algunas de las preguntas que me rondan la cabeza y que por más que lo intente, no consigo encontrar las respuestas. Quiero creer que todas estas experiencias han sido solo preparativos para cuando llegue la persona indicada, que aún me quedan más por vivir, que todo esto solo es una prueba para aprender y endurecerme, y que al final, recibiré la recompensa que llevo buscando todo este tiempo.

Por todas esas lágrimas derramadas, por todos esos momentos de oscuridad, por todas esas veces que quise tirar la toalla pero no lo hice, por todo lo que he sufrido y sufriré a lo largo de mi vida, por todo eso, creo que merece la pena seguir luchando. A veces tropezaré, me caeré y volveré a hacerme daño, y tal vez vuelva a sentir que nada merece realmente la pena, pero quiero pensar que todo eso pasará y que algún día podré mirar a la persona caminando a mi lado y decirle: "tú eres mi recompensa por todas las veces que sufrí, me sentí derrotada, y estuve a punto de rendirme pero no lo hice".