De nuevo volvió a suceder, otra vez la misma historia, y ya no sé cuánto tiempo más aguantaré. Yo asumo mi culpa, dos no hablan si uno no quiere, pero cada vez que das un paso en la dirección de asumir la tuya, das dos en dirección contraria. Cuando quieres que haga algo y no lo hago, es porque debería hacerlo, pero cuando lo hago, es porque traiciono a mis principios. Estoy harta de vivir en una partida de ajedrez en la que las reglas cambian cada día. Hace poco me dijiste que pondrías distancia y yo te supliqué que no lo hicieras, ahora lo pienso, y creo que es lo mejor, porque cada vez que nuestras miaradas se cruzan, todo desemboca en peleas, sufrimiento y llanto, y quiero escapar de este círculo vicioso...
Hoy fue la gota que colmó el vaso, no sé por qué, pero estallé, y parece

que por fin me ha desaparecido la venda de los ojos, pero el mérito no es mío, quizás hubiese vuelto a suplicar un perdón que en realidad no necesito si me hubiesen dejado sola, pero no lo han hecho. Las relaciones cambian, y a veces algunas necesitan algo de distancia, mientras que otras se van haciendo cada vez más fuertes. Todo esto no significa que no quiera volver a saber nada más de ti, eso jamás, pero sí que es cierto que cada vez que pasamos demasiado tiempo juntos, la relación se agria, aunque sigo sin entender por qué... Esta vez confío en que leerás mis palabras, porque ya sabes, aunque a veces no quieras entenderlo, que mi habilidad es la palabra escrita, no la verbal, nunca sé qué palabras decir, y así es la manera más sencilla de expresarme.
Espero que todo te vaya bien, que sigas hablando conmigo de vez en cuando, pero insisto en que distancia física es lo que hace falta, porque, aunque te dije que no, en realidad sí que me dolió lo que me dijiste, y creo que nunca debes decir algo que no piensas solo por querer hacer daño a otra persona, porque nunca sabes lo que puede pasar después.
No hay comentarios:
Publicar un comentario