Llevo tanto tiempo sin escribir algo aquí que cuando entro me parece un lugar distinto, casi como si no fuese mío ya. Quizás sea porque el 80 % de mis entradas siempre han sido de carácter depresivo y últimamente apenas encuentro motivos para escribir así. A lo mejor va siendo hora de darle un vuelco a todo esto, cambiar este aire de tristeza que lo envuelve y darle un toque más ameno. Siempre he utilizado este blog para desahogarme, una especie de diario macabro al que contarle todos esos pensamientos oscuros que surgen en mi interior, un pequeño confidente; pero últimamente no lo necesito, ya tengo a alguien con quien compartirlo todo, algo que no estaba segura de poder hacer algún día.
Creo que mi espíritu literario tiene poco fondo, solo surge por épocas breves y únicamente da para textos cortos, jamás he conseguido terminar ninguna de las historias que tengo en mente, incluso las que tengo más que ideadas en mi cabeza. Será cuestión de falta de fuerza de voluntad, al fin y al cabo, escribir es como cualquier otra vocación: si no se le dedica tiempo y esfuerzo, no termina de florecer. No obstante, de vez en cuando me entran estos pequeños arrebatos, y la nostalgia acude para impulsarme de nuevo a contar algo más.
Lo que quiero decir con todo esto, es que seguramente vuelva por aquí con pequeñas historias que se me ocurran, con anécdotas o con algo que verdaderamente me parezca digno de mencionar; aunque quizás ya nadie se pase por aquí para verlo.
Siempre habrá alguien que leas lo que escribes, aunque no lo manifieste.
ResponderEliminarPor lo demás...dicen que el arte nace del dolor, y partiendo de eso...creo que todos deberíamos tener como meta el dejar de escribir, al no tener motivos para ello.
Suerte con tu nueva vida.