Se avecina tormenta...

Es en estos momentos, con esta rabia que me consume por dentro, que de verdad odio mi incapacidad para expresar mis sentimientos a gritos y tenga que hacerlo mediante el papel. Me gustaría haberte dicho directamente a la cara lo mucho que me sacas de quicio, lo mucho que he deseado hoy guantearte la cara, ¿y por qué? Porque soy una puta humana y cometo errores, ¿vale? E - R - R - O - R - E - S, ¿deletreado lo entiendes mejor?
Es fantástico ver la facilidad que tienen algunos para romper una amistad de años por algunos errores. No los niego, de hecho, ya te he pedido perdón, pero, ¿sabes? No tengo poderes mágicos y no puedo volver el tiempo atrás, aunque ahora me gustaría.
Podría hacer una lista de las cosas que has tenido que aguantarme, pero yo también podría hacer esa lista, y en mi cabeza la tengo, como tú, supongo que la única diferencia es que yo he cometido el error de compartir algunas con personas en las que confío, quizás demasiado... Por mucho que me joda, lo repetiré hasta la saciedad: lo siento.
Pero no voy a seguir discutiendo eso, sé que vas a seguir en tus trece, y que vas a hacer lo que quieras, porque sé cómo eres, pero me jode que a mí también me apliques esa regla. Pero detrás de toda esta ira, lo que se esconde es impotencia; impotencia, porque de veras tengo miedo de que cumplas tu palabra, de que eso último que he oído de tu boca lo lleves a cabo, porque por mucho que me cabree contigo, por mucho que metamos la pata (a veces yo más que tú y otras al contrario), sigues siendo una de las personas más importantes de mi vida, y tengo verdadero pánico a perderte... ¿y sabes qué es lo mejor? Que sé que no vas a leer esto, no vas a hacerlo porque no voy a decirte que lo he escrito, pero igualmente, quiero que sepas que no puedes cortarme de tu vida, porque voy a seguir ahí, insistiendo, aunque bloquees mis avances y huyas de mí.