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domingo, 13 de febrero de 2011

La carta


Eran las diez de la noche de un martes, y yo llevaba preparándome un examen de lengua durante toda la semana, solo me quedaban un par de detalles que resolver y podría irme a dormir. El cansancio estuvo a punto de vencerme, y tuve que cerrar los ojos unos segundos antes de poder seguir.

Estaba haciendo uno de los ejercicios cuando me encontré con una duda y eché mano del libro, pero nada más cogerlo, un pequeño sobre se deslizó de su interior y fue a parar al suelo. Me agaché a cogerlo y me di cuenta de que tenía un peqeuño dibujo de una media luna en la esquina inferior izquierda. No llevaba remitente ni dirección, pero di por sentado que sería para mí, ¿por qué si no estaría dentro de mi libro? Así que lo abrí con cuidado, y en su interior encontré una breve carta que rezaba así:

"Alex, no me conoces, pero los detalles de quién soy no son importantes; lo que sí importa, es el hecho de que tu vida corre peligro. Sé que son las palabras de un desconocido, pero debes hacerme caso y no ir mañana a clase, es un asunto de vital importancia, es más, evita en lo posible salir de tu casa. No es ninguna amenaza, solo intentamos protegerte".


Extrañado, releí la carta un par de veces hasta estar seguro de que no me había inventado nada y luego volví a guardarla con una sensación rara en el estómago. Entonces pensé en Dylan, mi mejor amigo y mayor bromista del instituto, y no le dí mayor importancia pensando que sería una broma.


A la mañana siguiente, seguí mi rutina diaria: me levanté temprano, me duché, me vestí, desayuné algo y salí de casa a tiempo de coger el autobús.

El examen fue a tercera hora, y resultó más fácil de lo que había previsto. Me sentí animado una vez lo entregué, y así se lo comenté al resto del grupo una vez salimos al recreo.

En ese momento me acordé de la carta y decidí comentárselo a Dylan.

- Oye, Dy, ¿tanto te aburrías ayer que tuviste que escribirme esa carta?

- ¿Carta? ¿Qué carta? Uuuuhh, no me digas que alguien te ha mandado una nota de amor y has pensado que era una broma mía. Ya me estás contando todos los detalles - dijo alzando las cejas.

- No, idiota, no es una carta de amor, sino una especie de mensaje en el que me decían que tuviese cuidado y que no viniese a clase hoy.

- ¿En serio? Eso suena más a amenaza, quizás deberías hablarlo con el director. Yo solo te puedo decir que no ha sido cosa mía.


Dy podía tener razón, pero cuando la leí no me dio la sensación de que estuviran tratando de intimidarme... en fin, supuse que habría sido una broma de alguno de mis compañeros y que tarde o temprano me lo comentarían.

Seguimos hablando un rato sobre diferentes cosas, hasta que se nos acercó una de las sustitutas diciendo que había habido un problema con mi examen y que tenía que hablar conmigo. Debía de ser nueva, porque no la había visto antes, pero la seguí pensando que iríamos al despacho del profesor, sin embargo, se detuvo en uno de los pasillos y se encaró conmigo.

- ¿Acaso no leíste la nota que te enviamos?

- ¿Nota? ¿De qué me está...?

Un momento, ¿ella estaba detrás de todo eso? Retrocedí un par de pasos para alejarme de ella pero sin quitarle la vista de encima.

- ¿Tú me la enviaste? ¿Pero se puede saber a qué viene todo esto? ¿Es algún tipo de broma? Porque no tine gracia.

- Joder, Alex, no entiendes nada... ya estás aquí, por suerte no te ha pasado nada, pero esto es serio: no debes salir del colegio antes de las seis, ¿has entendido? NI es una broma ni es un juego, se trata de tu vida, y estará en peligro como no sigas mis instrucciones.

- Aléjate de mí, tía loca, o avisaré al director de que no formas parte del grupo de profesores y haré que te echen de aquí.


Decidí ignorarla, así que me di media vuelta y salí afuera a comprarme algo de comer; por desgracia, seguía empeñada en seguirme mientras no paraba de llamarme casi a gritos, atrayendo la atención de la gente.

Quería deshacerme de ella, así que decidí cruzar la carretera y acortar camino, pero entonces la oí gritar algo y me giré. Pude ver un par de faros acercándose a mí a gran velocidad, cerré los ojos y me llevé las manos a la cara en un acto reflejo, a la espera de sentir el impacto. Pero no sucedió.

Cuando abrí los ojos de nuevo, ya no estaba en la calle, sino en mi cuarto, con la cabeza apoyada en mi mesa. El corazón me latía desbocado, pero me tranquilicé al comprobar que solo había sido un sueño; no obstante, el alivio duró poco, pues me fijé en que el reloj marcaba ya las doce y aún tenía que hacer los ejercicios. Me puse manos a la obra, pero casi enseguida me vi obligado a coger el libro para buscar información.

Lo cogí con cuidado y lo sacudí a la espera de que cayese algo. Luego pasé unas cuantas páginas y lo zarandeé otro par de veces por si acaso, pero nada salió. Ya más tranquilo, seguí haciendo las actividades.

Cuando ya solo me quedaba el último, me di un pequeño descanso para estirarme y ordenar un poco mi desastre de mesa. Fui a coger el diccionario, pero se me resbaló de entre los dedos y cayó al suelo. Al recogerlo, algo cayó de entre sus páginas, y un sudor frío me recorrió todo el cuerpo cuando me fijé en ello: un pequeño sobre con el dibujo de una media luna en la esquina.

3 comentarios:

  1. ME HA ENCANTADO (L) Dime que es biografico!! Esta increible :)

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  2. No, no es biográfico, la idea surgió porque un profesor de lengua que tuve nos pidió que hiciésemos una redacción en torno a un tema que él nos dijo, y a mí se me ocurrió esto.
    Me alegro de que te haya gustado :D

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  3. Mucho :) Molan tus deberes , quiero tenerlos !!!! *O*

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