Ya me lo advertiste...

Empiezo a creer que tenías razón desde el principio, porque todo lo que me dijiste se está cumpliendo poco a poco... y eso me asusta.
Sé que me conoces desde hace muy poco, pero en este corto periodo de tiempo has luchado más por mí que personas que me conocen de mucho más tiempo. No te has dejado hundir por nada ni nadie, mucho menos por mí misma, que tan convencida te decía que no veía posible todo lo que me decías, y no sé cómo agradecértelo.
Te estás haciendo un hueco cada vez mayor en mí, y tengo miedo, porque siempre me sale todo mal... suelo ser yo la que acaba con el corazón hecho trizas, y tal vez por eso, me resisto tanto a dejarte entrar. En el fondo pienso que te aburrirás, que te hartarás de mí y me apartarás a un lado, aunque intento convencerme de que es solo mi propia paranoya...
De lo que no hay duda es que cada vez me cuesta más resistirme a ti, a tu forma de ser, a tus palabras, a todo... el otro día me preguntaste si seguía segura al cien por cien de que jamás me conquistarías, y te dije que no, ¿cómo decir lo contrario cuando yo misma puedo ver que cada vez eres más importante para mí?
Aún tengo que poner en orden mis pensamientos y emociones, pero tengo que admitir que me muero de ganas de verte y hablar contigo, porque una pantalla y un teléfono no pueden compararse a mirarte a los ojos, y tal vez así se disipen mis dudas...